Seis jóvenes portugueses afirmaron el miércoles ante la Corte Europea de Derechos Humanos que los gobiernos europeos no hacen suficiente para proteger a la gente de los efectos perjudiciales del cambio climático.
Se trata de la más reciente y destacada iniciativa de activistas para llevar a los gobiernos a los tribunales y forzar medidas climáticas.
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De acuerdo con AP, los equipos legales de los 32 países —los 27 estados miembros de la Unión Europea, Gran Bretaña, Suiza, Noruega, Rusia y Turquía— cuestionaron que el caso fuera admisible y que los jóvenes demandantes fueran víctimas de los efectos del cambio climático.
Pero los abogados que representaban a los menores y adultos jóvenes portugueses dijeron que los países a los que demandan no han tomado medidas adecuadas para combatir el calentamiento provocado por la humanidad y por lo tanto violaron algunos de sus derechos fundamentales.
El abogado Sudhanshu Swaroop, defensor de Gran Bretaña, dijo que los gobiernos nacionales comprenden la amenaza del cambio climático y sus desafíos y están decididos a abordarla a través de la cooperación internacional.
Quiénes son los jóvenes que presentan la demanda
Las seis personas que presentan la demanda, impelidas a actuar inicialmente por la destrucción de los mortíferos incendios forestales que arrasaron varias zonas de Portugal en 2017, son: Cláudia Agostinho (24 años), Martim Agostinho (20), Mariana Agostinho (11), Sofia Oliveira (18), André Oliveira (15) y Catarina Mota (23).
Cláudia Agostinho
Cláudia es de Leiría, unos 120 kilómetros al norte de Lisboa, y vive con su hermano Martim y su hermana Mariana, también implicados en la causa. Trabaja de enfermera en un hospital local, por lo que conoce bien la amenaza que representa la escalada de las olas de calor extremo para la salud humana.
Martim Agostinho
Martim estudia en una escuela de ciencia y tecnología de Leiría. En 2017, el humo de los incendios forestales llevó al cierre de su escuela, y vio con espanto el alcance de la destrucción cerca de su casa. Martim dice que su generación debe hacer todo lo posible para asegurarse de que los gobiernos protegen sus derechos y su futuro.
Mariana Agostinho
Mariana, la más joven del grupo de demandantes, ama los animales y dedica todo el tiempo que puede a trabajar en la finca de sus abuelos. Mariana tendría 88 años en 2100 pero, si los gobiernos no toman medidas urgentes, la temperatura mundial para entonces podría superar en 3°C los niveles de la época preindustrial, un escenario catastrófico.
Catarina Mota
Catarina también vive en Leiría y afirma que, con el cambio climático, la vida se ha vuelto más hostil en su región. El calor extremo vivido en Portugal en los últimos años ha afectado considerablemente a su capacidad de hacer ejercicio al aire libre y de dormir bien. Le preocupa el futuro de la familia que espera tener algún día.
Sofia Oliveira
Sofia vive con su hermano André, su padre y su madre en Lisboa. Dice estar convencida de que, si un número importante de personas reclaman medidas, los gobiernos tendrán que hacer lo que sea necesario para evitar la crisis climática. Quiere estudiar “química sostenible” con la idea de mantener los combustibles fósiles en el sitio que les corresponde: el suelo.
André Oliveira
Hermano de Sofia, André dice que sus amistades cada vez están más preocupadas por el cambio climático y que no entienden por qué las personas que en teoría les protegen están permitiendo que esto suceda.
Foto: Especial