Este octubre fue el más caluroso desde que se tienen registros a nivel mundial, 1,7 grados Celsius (3,1 grados Fahrenheit) más cálido que el promedio preindustrial para el mes — y el quinto consecutivo que bate récords en lo que será, casi con toda seguridad, el año con mayor temperatura de la historia.
Octubre fue 0,4º Celsius (0,7º Fahrenheit) más cálido que el récord anterior para el mes, en 2019, lo que sorprendió incluso a Samantha Burgess, subdirectora del Servicio de Cambio Climático Copernicus, la agencia europea que publica boletines mensuales acerca de la temperatura de la superficie terrestre y el mar, entre otros datos.
Tras el calentamiento acumulado en los últimos meses, está casi garantizado que 2023 será el año más caluroso jamás registrado, según Copernicus.
Los científicos que vigilan las variables climáticas para comprender cómo evoluciona el planeta a consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el hombre. Un planeta más cálido implica fenómenos meteorológicos más extremos e intensos, como sequías severas o huracanes que retienen más agua, dijo Peter Schlosser, vicepresidente y vicerrector del Laboratorio de Futuros Globales en la Universidad Estatal de Arizona. Schlosser no participa en Copernicus.
Este año ha sido excepcionalmente cálido en parte por el calentamiento de los océanos, lo que significa que están haciendo menos para contrarrestar el calentamiento global que en el pasado. Históricamente, el océano ha absorbido hasta el 90% del exceso de calor causado por el cambio climático, apuntó Burgess. Y en pleno fenómeno El Niño, un ciclo climático natural que calienta temporalmente parte del océano y provoca cambios en el clima en todo el mundo, cabe esperar una temperatura más alta en los próximos meses, agregó.
Según Schlosser, esto significa que el mundo debería esperar que se batan más marcas como resultado de ese calentamiento, pero la duda es si se producirán a menor escala. El planeta ya ha superado los 1,5º Celsius (2,7º Fahrenheit) de calentamiento con respecto a la era preindustrial, el nivel al que buscaba limitarlo el Acuerdo de París, y el planeta no ha visto aún el impacto total de ese calentamiento, apuntó. Ahora, él, Burgess y otros científicos sostienen que la necesidad de actuar — para frenar las emisiones que calientan el planeta — es urgente.
“Es mucho más costoso seguir quemando esos combustibles fósiles de lo que sería dejar de hacerlo. Esto es básicamente lo que demuestra”, dijo Friederike Otto, un científico del clima en el Imperial College London. “Y, por supuesto, eso no se ve cuando solo se miran los récords que se están batiendo y no a las personas ni los sistemas que están sufriendo, pero eso (…) es lo que importa”.
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Foto: Especial