En cuanto a víctimas en este tipo de eventos, se observa un incremento constante a partir de marzo del presente año.


Con el objetivo de visibilizar los índices de extrema violencia que existen en el país, así como sensibilizar a la población ante este tipo de eventos, Causa en Común presentó el estudio “Galería del horror: Atrocidades registradas durante el primer semestre de 2020”.

El reporte contabiliza más de dos mil casos que los medios de comunicación de todo el país reportaron sobre el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo.

El propósito principal es presentar una galería de horrores que refleja la violencia cotidiana y la impunidad con que se lleva a cabo.

María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, señaló que “este reporte es un llamado de atención a evitar que se normalicen linchamientos, descuartizamientos y masacres.

Presenta un mosaico de dolor y crueldad que se esconde detrás de las cifras de incidencia delictiva”. Expuso que, lejos de la mitología sobre crimen organizado que prevalece en la conversación pública, “buena parte de estas atrocidades son perpetradas por mexicanos contra mexicanos, independientemente de lo que consideramos como ‘estructuras delictivas’ ”.

METODOLOGÍA

Causa en Común señaló que la principal fuente de información del estudio son notas periodísticas en medios nacionales y estatales que registraron atrocidades.

Las cifras totales de casos son un estimado, debido a que algunos medios no reportan eventos que pudieran ser asociados al crimen organizado, por temor a ser agredidos; además, hay eventos que no son reportados usualmente por medios periodísticos, como es el caso del asesinato de niñas, niños y adolescentes, mujeres, o personas con discapacidad.

RESULTADOS

El estudio refleja que, entre enero y junio de 2020, se detectaron, al menos, 1,272 notas periodísticas en las que se ven reflejadas 2,124 atrocidades, que, a su vez, abarcan un universo de 2,802 víctimas.

Los estados con más víctimas de atrocidades registradas, fueron Guanajuato (con 537), Michoacán (con 270), Jalisco (con 205), Chihuahua (con 197) y Guerrero (con 187).

Los estados con el menor número de víctimas de atrocidades registradas fueron Nayarit y Aguascalientes (con 10), Querétaro (con cinco), Baja California Sur (con tres), Campeche y Yucatán (ambos con uno).

Las principales atrocidades registradas por medios periodísticos fueron profanación de cadáveres (fosas clandestinas y desintegración de cuerpos), con Jalisco ocupando el primer lugar (con 110 víctimas); masacres, particularmente en Guanajuato (con 105 casos); tortura, con Michoacán al frente de la lista (con 58 víctimas); descuartizamiento, con Guanajuato encabezando la lista (con 57 víctimas); calcinamiento, en particular Baja California (con 40 víctimas); así como un alto número de asesinatos de niñas, niños y adolescentes, crímenes en los que también destaca Guanajuato, con 27 víctimas.

Las principales atrocidades registradas por medios periodísticos fueron profanación de cadáveres (fosas clandestinas y desintegración de cuerpos), con Jalisco ocupando el primer lugar (con 110 víctimas); masacres, particularmente en Guanajuato (con 105 casos); tortura, con Michoacán al frente de la lista (con 58 víctimas); descuartizamiento, con Guanajuato encabezando la lista (con 57 víctimas); calcinamiento, en particular Baja California (con 40 víctimas); así como un alto número de asesinatos de niñas, niños y adolescentes, crímenes en los que también destaca Guanajuato, con 27 víctimas.

PROPUESTAS

Causa en Común emitió una serie de propuestas a fin de enfrentar la espiral de violencia que asola al país:

● Aproximaciones sociológicas que permitan la comprensión de las realidades locales, y que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad, de prevención y sociales, de acuerdo con la problemática de cada comunidad y región.

● Incorporar enfoques psicológicos al estudio de las violencias, pues estas atrocidades reflejan patologías que representan un reto social mayúsculo.

● Exigir a los gobiernos federal y locales: ○ La resolución de casos que han agraviado a la sociedad, con investigaciones sólidas.

○ Reformas de cuerpos policiales y de fiscalías que atiendan carencias, bajos sueldos, prestaciones incompletas, capacitación deficiente, y equipos e infraestructuras insuficientes.

“Este mosaico de atrocidades ciertamente refleja violencia criminal; pero es importante resaltar que se trata también de violencia familiar, violencia comunitaria y violencia social. Necesitamos, como nación, rescatar nuestra capacidad para conmovernos ante este cúmulo de horrores.

Se debe dejar de jugar políticamente con la inseguridad; reconocer que todas las mexicanas y mexicanos vivimos asfixiados por una inseguridad cada vez más extendida y cada vez más violenta; y poner en marcha las políticas locales y nacionales, institucionales y sociales, que le urgen a nuestro país,” expuso María Elena Morera.

Para Ina Zoon, Coordinadora de proyectos de justicia penal en América Latina de Open Society Justice Initiative, refiere que esta galería del horror expuesta por Causa en Común pone ante los lectores una lista de crueldades inimaginables.

Se demuestra que la saña vista en masacres como la de Apatzingán, Tlatlaya, Nochixtlán, continua: “vemos historias de terror como tirar cuerpos de niños y bebés unos sobre otros en fosas comunes, quema de seres humanos en tambos, mexicanos contra mexicanos, pobres contra pobres, hombres contra mujeres, hijos contra padres, familiares, contra niños”.

Expuso que “ni el Covid, ni la cuarta transformación, ni la constitución moral, ni la vocación de predicador del presidente, ni la política de abrazos y no balazos, ha podido reducir la crueldad y la barbarie”. Jacobo Dayan, investigador del seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México, consideró que el estudio es un llamado para que el Estado mexicano asuma la responsabilidad de manera sistémica y no la omisión que hasta la fecha ha tenido ante estas atrocidades:

“Es un llamado para que las “autoridades en su conjunto nos digan cómo van a hacer para abatir la impunidad y la inseguridad, que nos digan lo que hacen para el fortalecimiento de las policías, lo que hacen para generar capacidades de Estado, y no sólo nos digan que esperan reducir la violencia con programas sociales”.

Por último, consideró que “si seguimos negando y normalizando el horror éste permanecerá y cada vez estará más cerca de nuestras puertas”.

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