Por años la albañilería, incluidas las electricidad, la mecánica automotriz y la plomería, son tareas que en su mayoría son ejercida por hombre
Montserrat Moreno ideó que debía conocer sobre albañilería básica, harta de saber que a la mujeres les quieran ver la cara con cobros excesivos para reparaciones sencillas en el hogar.
Colocar tabiques, revocar un muro, reparar el lavabo del baño o tapar los hoyos que han dejado los clavos en las paredes, son cosas que se pueden aprehender para que dejen de ser tareas exclusivas para los hombres.
Para materializar esta idea, busca unir un grupo de amigas y a las mujeres que quieran aprender este oficio con el taller “Albañilería básica para mujeres” que se realizará los días sábado 25 y el domingo 26 de junio en Casa Rupestre, ubicada en la 24 sur 2133, frente al Parque Ecológico.
El costo de recuperación del taller es de 320 pesos por persona, que incluye clase teórica, material, degustación de pulque y reconocimiento de curso. Se debe reservar con una aportación mínima de 50 pesos al número 22-16-31-46-38.
Montserrat está convencida que las mujeres pueden solucionar imperfectos que se presentan en casa o en los negocios, sin que impliquen grandes gastos.
Por años estos oficios, incluidos las electricidad, la mecánica automotriz y la plomería, son tareas que en su mayoría son ejercida por hombre. Para romper ese precepto, ella también planea talleres para estos rubros.
LA INSEGURIDAD
Montserrat Moreno además tiene un bazar de moda sustentable llamado Mona Capuchino, que recientemente fue asaltado a plena luz del día, cuando estaba sola, por lo que lanzó un reclamo a las autoridades municipales para reforzar los patrullajes.
Tras el asalto cerrará su negocio ubicado en un local aledaño a Casa Rupestre, frente al Parque Ecológico, por temor y a que afirma, las mujeres están más expuestas a la delincuencia que los hombres.
Casa Rupestre es un pequeño restaurante dónde se sirven desayunos, pizzas a la leña, falafel, entre otros alimentos, atendido por dos varones amigos de Montserrat, lugar que no fue asaltado y que está solo a un portón de separación de Mona Capuchino.
“Jamás pensé que me asaltarían. Era un hombre que bajó de un auto nuevo y estaba acompañado por una mujer mayor. Se metió a la tienda y me dijo que le diera mi celular y el dinero de mi venta. Sin más se fue. Fue tan rápido que nadie se dio cuenta”.
Al día siguiente del asalto, la cortina de la tienda de Mona Capuchino fue marcada con un tipo de grafiti, por lo que los integrantes de Casa Rupestre también solicitan que se incrementen los patrullajes de la Policía Municipal para evitar que sean asaltados más establecimientos de la zona.