La organización Reinserta destacó que la edad más frecuente en que los menores infractores comienzan a delinquir es a los 13 años.
La organización Reinserta destacó la importancia de atender de forma temprana las conductas antisociales, ya que la edad más frecuente en que los menores infractores comienzan a delinquir es a los 13 años.
De acuerdo con una encuesta realizada a poco más de 500 menores en reclusión, existen casos aislados de inicio en la delincuencia entre los seis y ocho años, siendo la máxima de edad los 17 años.
Según el estudio Factores de riesgo en adolescentes que cometieron delitos de alto impacto social, 61% de los menores que están en reclusión delinquieron por primera vez, mientras que 39% dijo haberlo hecho más de una vez.
Entre los primeros crímenes que se cometieron, el robo es el más frecuente (65.9%), seguido del homicidio intencional (14.5%); mientras que las agresiones y amenazas (0.6%) tiene el menor porcentaje.
Ante ello, Reinserta destacó la importancia de implementar una estrategia de prevención integral del delito entre los menores.
61% de niños presos es primodelincuente; ven viable salvar a menores del crimen
La organización civil Reinserta señala que los internos menores tienen la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida si son apoyados.
El 61% de los menores que están en reclusión cometieron por primera vez un delito, mientras que 39% dijo ya haber delinquido más de una vez, de acuerdo con una encuesta realizada por la organización Reinserta, la cual alerta que las primeras conductas antisociales son cometidas a muy a temprana edad.
Durante la encuesta realizada a poco más de 500 menores en reclusión, se les preguntó a aquellos que ya habían cometido un delito previo al internamiento la edad en la que fue la primera vez que delinquieron, encontrándose casos aislados de inicio a los seis y ocho años, siendo la máxima de edad los 17 años; la edad más frecuente son los 13 años.
De acuerdo con el estudio Factores de riesgo en adolescentes que cometieron delitos de alto impacto social, con respecto a los primeros delitos que se cometieron el robo es el más frecuente (65.9%), seguido del homicidio intencional (14.5%); mientras que las agresiones y amenazas (0.6%) y actos relacionados con la importación de armas (1.2%) son lo que tienen menores porcentajes.
La organización mexicana Reinserta destacó la importancia de implementar una estrategia de prevención del delito transversal e integral, desde edades tempranas de la niñez.
Dijo que el estudio que llevó a cabo titulado Factores de riesgo en adolescentes que cometieron delitos de alto impacto social demostró que los internos menores de edad tienen la capacidad de mejorar sus condiciones de vida si son apoyados.
Reinserta exhortó a priorizar el análisis de las causas que derivan en hechos violentos en menores de edad.
Enfatizó que, de acuerdo con cifras de Unicef (2019), para 2016, 56% de los homicidios de niños y adolescentes en el país fue ocasionado por el uso de armas de fuego, lo que corresponde a alrededor de cinco mil menores de edad que mueren en México a causa de un arma de fuego.
“La indiferencia ante la importancia de la prevención y la ineficacia de una política efectiva de desarme, esta mañana y cada día, ha cobrado la vida de miles de mexicanos, incluyendo a nuestros niños”, dijo.
Menores de 17 años los que
más dejaron la escuela
El estudio indica que jóvenes de 17 años, en promedio, que no terminaron de estudiar, que vivían en entornos de riesgo y cuyas familias tienen ingresos menores a siete mil pesos, conforman la población de adolescentes en los centros de internamiento.
El estudio refleja que 73.7% de los jóvenes que se encuentra cumpliendo una sanción no concluyó su educación básica, y sólo 26.3% terminó su educación básica.
Se buscó saber quién de los participantes en dicho estudio está estudiando mientras cumple su sanción; el estudio arroja que 92.3% está estudiando y 7.8% no estudia. De ellos, 54% cursa la preparatoria, 34.2% la secundaria, 10.7% la primaria y sólo 1.1% la universidad.
El análisis indica que los jóvenes dejaron de estudiar en 30.5% porque fueron detenidos. El 27.5% por desinterés y 27.3% por comenzar a trabajar.
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