El incremento en la demanda es aprovechado por empresas cerveceras y refresqueras para elevar sus precios.


Cuauhtémoc Rivera, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), aseguró que  el calor de la primavera y del verano dispara la venta de refrescos, cervezas, agua embotellada y jugos hasta en 25 por ciento, en conjunto, más en días de asueto o vacaciones, como Semana Santa o fin de cursos, respecto a lo que se comercializa en las temporadas de frío de otoño e invierno.

Tal incremento en la demanda, advirtió, llega a ser aprovechado por las empresas refresqueras y cerveceras para incrementar sus precios, además de hacerlo en la tradicional cuesta de enero o a finales de cada año. Refirió que a principios de marzo, por ejemplo, las empresas refresqueras elevaron en un peso, en promedio, el precio de sus bebidas, pero Rivera no descartó otra alza.

Si bien acotó que apenas entre un 15 y 20 por ciento del millón 125 mil comercios al menudeo que existen en el país cuentan con permiso para vender cerveza “pueden hacer su agosto en agosto (en plena temporada de verano) porque venden entre 10 y 15 por ciento más que los refrescos y, como es más cara, duplican su ticket promedio de venta.

Como estos negocios están enclavado en colonias populares, ponderó, surten las cervezas para las reuniones o las fiestas porque pueden fiar los cartones a los clientes, prestarle los envases, o proporcionarles hielos, pero es una la venta es estacional y no como en otros otros canales o formatos de venta como las tiendas de conveniencia, supermercados, agencias o establecimientos exclusivos para la venta de cerveza (como los auto-latas).

En cuanto al refresco, considerado el principal “producto-ancla” de misceláneas, estanquillos o tiendas de abarrotes, la venta en temporadas de calor sube por sí sola entre 12 y 15 por ciento, en gran parte por los niños. “Las vacaciones son el via crucis de las familias mexicanas porque los niños están en casa y son los que jalan las ventas de las tienditas porque nomás están pide y pide, y come y come. Entonces dan más vueltas a los negocios y compran y compran y compran cualquier cosa, un refresco o un dulce, estimulando el consumo”, comentó.

Del agua embotellada, señaló que en el consumo popular sólo representa el 10 por ciento respecto al resto de las bebidas aún cuando se ha incrementado su ingesta en los últimos años.

México lleva 125 años fabricando cerveza, es el principal exportador mundial de la misma y la mantiene como su principal producto agroalimentario de exportación. Tan sólo el año pasado, las exportaciones de cerveza fueron por 4 mil 491 millones de dólares, un incremento anual de 19.2 por ciento. La cifra duplica las ventas foráneas de tomate, bovinos y aguacate y casi triplica las del tequila, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

La Profeco aseguró en 2013 que los mexicanos consumían entonces 62 litros de cerveza al año, ocupando el sexto lugar mundial, por debajo de los checos que ingerían 169 litros, los alemanes (131), los ingleses (103), los estadunidenses (85) y los españoles (66).

“La cerveza es un motor poderosísimo de ventas porque es un consumo popular. A los mexicanos les gusta mucho la cheve, más los de menores ingresos, y aprovechan cualquier día de asueto o festivo o evento que haya, como elecciones o futbol, para consumirla, con más razón en época de calor que es mayor en las costas, en el norte o en el sur del país”, dijo Rivera.

Sostuvo que el six de latas es la presentación de cerveza que más se vende entre los mexicanos y la tipo light se ha incrementado en los últimos años, desplazando a la normal y marcas tradicionales, sobre todo por tendencias marcadas por los millenialns. Lo paradójico es que consumen cerveza ligth “porque pega menos”, pero terminan tomando más cantidad, puntualizó.

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