En el conversatorio «Pandemia y razón práctica», los filósofos propusieron llevar la filosofía a las calles: «pensar lo que somos como sociedad y lo que queremos ser después de la pandemia».
La crisis sanitaria por el virus Sars-CoV-2 ha sacudido al mundo, los ámbitos personales y al pensamiento científico, político y social en una escalada en la que aún falta saber cuál es la reflexión final después de la pandemia. Por el momento, a la filosofía le corresponde responder las preguntas que la ciencia y la política no pueden responder: ¿Por qué, para qué la pandemia y hacia dónde ir?
Desde Tlaxcala, los filósofos René Vázquez García, Mario Díaz Domínguez, Ernesto Cabrera, Mario Magallón y Sergio Espinosa Proa, señalaron, durante el conversatorio “Pandemia y razón práctica”, que la crisis se ha aprovechado para culpar a los virus, a los sistemas económicos, a los actores políticos y a los gobiernos, incluso, los filósofos la han utilizado para justificar sus propios sistemas teóricos.
“Zizek habla de que la culpa es del capitalismo salvaje, Butler dice que no, que es el mercado, otro que el coronavirus no existe que es una estrategia de control, el panóptico del que hablaba Foucault, pero ninguno ha tenido razón, se han adelantado sin saber cómo terminará esto… y se entiende, porque incluso ellos responden al mercado de los libros y de las ideas antes de que el fenómeno acabe de manifestarse”.
Con esto, han olvidado hacer las preguntas fundamentales y han sobrestimado el carácter práctico de la filosofía para cuestionar y plantear nuevas rutas de organización. “Urge repensar la realidad, se nos ha ido el tiempo en culpar a los otros; Occidente tiene un sentido de culpa histórica que se ha concentrado en señalar a los otros: al virus, a los sistemas, los enemigos somos nosotros; habría que empezar por mirarnos a nosotros mismos y repensar la realidad”, llamó Sergio Espinosa Proa. Mencionaron que los alcances de la ciencia y su tarea tiende a establecerse como verdad universal.
Sin embargo, en las crisis, no solo debe usarse la racionalidad científica sino echar mano de todos los saberes y delimitar cada una de las preguntas que cada una puede hacer y responder.
“La ciencia busca salvar vidas y controlar la pandemia, en eso se parece a la religión, pero la filosofía hace otro tipo de preguntas que develan otra parte de la realidad ¿por qué salvar vida? por ejemplo ¿Por qué y para qué la pandemia?
Con esas preguntas volvemos a nosotros”, mencionó René Vázquez García. El arte, la filosofía y la historia entonces se presentan durante el confinamiento como saberes que “develan” aspectos de la vida; la ciencia va a su sistema de observación, verificación y prueba, mientras que los otros saberes profundizan en la vida, en su presente y su futuro.
“La filosofía abre la posibilidad de preguntar de otro modo lo que la ciencia no puede tematizar, no plantea los cómo, sino los para qué.
En este momento ¿podemos seguir con este tipo de sociedades e inequidades, o qué tanto podemos pensar que la filosfofía no solo llega al final (en una teleología aristotélica), sino que regresar al principio para plantear nuevas rutas de organización política?”.