El estado de Puebla requiere de una Alerta por Violencia contra las infancias y adolescencias para frenar los delitos que afectan a la población de 0 a 17 años de edad, expuso la diputada local del Partido Acción Nacional (PAN), Aurora Sierra Rodríguez, en una iniciativa que presentó para reformar la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
La idea es, que al igual que la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), se establezca un mecanismo que contrarreste y prevenga los delitos contra niñas, niños y adolescentes que, de no hacerlo, tienen “consecuencias que arrastran toda la vida”.
La legisladora explica que en Puebla “6 de cada 10 niños sufren maltrato infantil o viven algún tipo de abuso”, cifra que representa que un millón 142 mil 907 de niñas, niños y adolescente está vulnerable a algún delito.
Con base en datos del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), el proyecto de reforma destaca que los delitos que más sufren las infancias y adolescencias en Puebla son violencia física, sexual, psicológica, además de explotación laboral, y/o desaparición forzada.
Sobre la desaparición forzada, se destaca que, según la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), es un delito que alcanzó a “552 niños, niñas y adolescentes entre 2006 y 2019” en la entidad poblana. “De ellos, 92 mujeres y 114 hombres fueron víctimas de trata de personas, para un total de 206 casos”.
“Esta información da cuenta de que hay una fuerte necesidad de trabajar para construir entornos más seguros para los y las adolescentes, ya que las adiciones y reformas realizadas al Código Penal del estado no han reducido la violencia hacia este sector poblacional, conformado por un millón 904 mil 846 niñas y niños según el conteo 2020 del INEGI”, refiere el documento consultado por URBANO Noticias.
¿Cómo funcionaría la Alerta de Atención Focalizada para Niñas, Niños y Adolescentes?
La Alerta de Atención Focalizada para Niñas, Niños y Adolescentes se activará en los siguientes casos:
I. Cuando se observe el incremento desproporcionado de delitos del fuero común contra la vida, la libertad, seguridad e integridad de las niñas, niños y adolescentes, en un área geográfica determinado.
II. Cuando de la información obtenida a través de instituciones públicas o privadas, estatales o municipales, en materia de salud, educación, seguridad pública, procuración e impartición de justicia, se aprecien indicios de posible vulneración exponencial a los derechos de las niñas, niños y adolescentes en un área geográfica determinada.
III. Corresponderá a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Puebla, solicitar al Sistema Estatal DIF su opinión para la emisión de la alerta. La solicitud puede ser de oficio o a petición de una o más defensorías municipales presentada ante la Procuraduría de Protección.
También se establece que será necesario que el Sistema Estatal DIF tenga una “comisión permanente encargada de recibir las solicitudes para la emisión de una Alerta de Atención Focalizada para Niñas, Niños y Adolescentes, la cual sesionará con carácter urgente una vez recibida la solicitud”.
“Cuando el Sistema Estatal emita una opinión favorable para la emisión de la Alerta hará una propuesta del contenido y alcance de la alerta, según los lineamientos y criterio correspondiente, todo lo cual se hará del conocimiento de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, quien a su vez remitirá la solicitud junto con la opinión y la propuesta de alcance y contenido de la alerta al Titular del Poder Ejecutivo del Estado para que emita el acuerdo que contenga la declaratoria de Alerta de Atención Focalizada para Niñas, Niños y Adolescentes”.
Sierra Rodríguez explica que estas agresiones que sufren las infancias y adolescencias en Puebla son infligidas por sus “padres, sus compañeros, sus parejas u otras personas” y se deben frenar con la actuación de las autoridades en un trabajo coordinado entre el sector salud y la Secretaría de Educación, que son las primeras instancias en detectar y reportar situaciones anómalas.
Las víctimas pueden presentar síntomas como bajo rendimiento escolar, violencia con otros menores, en algunos casos presentan enuresis (orinarse por las noches), baja autoestima, aislamiento, dificultades en la atención, ansiedad, retraso del lenguaje, depresión, alteraciones del sueño y de la alimentación, o incluso puede resultar en la muerte (en más del 80% de los casos, las víctimas y los autores son varones), destaca.
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