La superficie dañada en Tlaxcala representa 18.7 voces la cancha del estadio Tlahuicole.


En un lapso de ocho años, 45.7 hectáreas de suelo y campo de cultivo resultaron afectadas por derrames de combustible ocasionado por tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Puebla y Tlaxcala, refiere el estudio “El robo de hidrocarburos en ducto: Delito enemigo del ambiente” del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim).

El reporte dado a conocer este marte ubica a Puebla en el tercer lugar con el mayor número de hectáreas dañadas por derrames de combustible con 30.1 has contaminadas entre el periodo de 2012 – 2019, solo después de Guanajuato y Tabasco con 64 y 61 has contaminadas, respectivamente.


Tlaxcala se ubica en el sétimo lugar nacional con 15.6 tierras contaminadas por derrames provocados por el saqueo en tubos de Pemex, lo que equivale a 18.7 veces la cancha del estado Tlahuicole de la entidad.

La investigación agrega que hay un desfase entre el número de tomas clandestinas y el número de sitios identificados con derrame de hidrocarburo: en Puebla solo se identificaron 968 sitios con derrames de las 8 mil 388 tomas clandestinas registradas, lo que representa solo un 11.54 por ciento de datos sobre la contaminación que permita dimensionar la problemática.

Por su parte, en Tlaxcala se identificaron 154 puntos de derrame de los 934 tomas clandestinas, lo que significa el 16.47 por ciento, mientras que el promedio nacional de puntos de derrame identificados en proporción al número de tomas clandestinas es de 13.68 por ciento, es decir, las autoridades solo reportaron fugas de combustible en 7 mil 987 de las 58 mil 394 tomas clandestinas.


El Igavim además revela que no existen marcos legales claros sobre en qué dependencia federal debe recaer la responsabilidad para el saneamiento de los suelos y aire, sobre todo en las zonas rulares de Puebla y Tlaxcala.

El instituto obtuvo los datos a través de solicitudes de información pública para medir solo la superficie afectada por el derrame de combustible, sin tomar en cuenta el daño en suelo profundo que es mayor al daño superficial.

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