Por increíble que parezca y en pleno siglo XXI hablar de salud mental y deportistas sigue siendo un tema muy complicado de tratar.
¡Cómo han cambiado los tiempos! Hasta hasta hace unos años cuando se hablaba de salud la información que se tenía a la mano se refería casi y exclusivamente a mantener estilos de vida que versaban en buena alimentación, práctica de ejercicio y ciertos cuidados que se debían mantener para tener una buena salud y prácticamente nada más.
La salud mental era un tema que normalmente no se trataba, había muchas ideas erróneas y quién se trataba de algún problema de éste tipo eran etiquetados como “locos” o “anormales” por lo que se ocultaba a toda costa. Quien sufría de depresión o de ansiedad eran incomprendidos y juzgados. Por fortuna esto ya no pasa ¿Cierto?. Por desgracia eso no es así.
Por increíble que parezca y en pleno siglo XXI hablar de salud mental y deportistas sigue siendo un tema muy complicado de tratar, hasta que hace unas semanas vimos cómo éste tema volvió a tener notoriedad ahora de la mano de la tenista Naomi Osaka, considerada la mejor pagada por la revista Forbes en favor de su salud mental luego de haber enfrentado largos episodios de depresión desde que ganó el Abierto de Estados Unidos en 2018, y con esto se une a otros deportistas reconocidos que ya en su momento lo hicieron Michael Phelps (nadador), Kevin Love (basquetbolista) o Brandon Marshall (jugador de futbol americano).
Las revelaciones de estos atletas, que a veces se han sentido empoderados por las redes sociales y las experiencias de otras personas están haciendo que la comunidad deportiva reconozca que las presiones de la competencia, sin duda, han contribuido a las enfermedades que sufren algunos deportistas.
Según el psicólogo deportivo Jamey Houle hay más aceptación de eso y una mayor comprensión de que la salud mental es algo real. En el ámbito del atletismo se necesita una gran valentía para que estos deportistas de alto perfil se atrevan a usar la palabra depresión o ansiedad.
Hay que reconocer que los atletas son vulnerables y en la mentida que se reconozca y se normalice hará que caigan los muros y que el estigma se reduzca un poco más y la gente obtenga más ayuda. Así evitaremos que historias como la de Jimmy Piersall, un jugador de béisbol profesional que fue internado en un hospital psiquiátrico en 1952 y cuya enfermedad fue el tema de un libro y una película, Fear Strikes Out, fue distintiva porque estaba muy alejada de la realidad que imperaba en ese momento.
Y es que el bienestar psicológico es fundamental para mantener un equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. Sin embargo los deportistas se enfrentan a una enorme cantidad de estrés porque como lo menciona la doctora María Marentes Castillo el alto rendimiento no es nada saludable. Se vuelve una obsesión y hay muchas cosas oscuras.
Generalmente, no vemos lo que pasa detrás de un triunfo, pero cuando se abre esa puerta salen a relucir muchas cosas. Y además de esto debemos tener en cuenta que los medios también contribuyen a esto con sus comentarios ya que no tienen la preparación para abordar temas sensibles y suelen hacer preguntas que pueden afectar el estado mental del atleta. Es muy importante no solo concientizar la salud mental del alto rendimiento, sino el manejo del clima psicológico en el que también influyen los medios.
Sin embargo, y por desgracia, en nuestro país la psicología deportiva todavía es una tema pendiente de desarrollo y de aplicación. Hasta que se logre entender que la psicología no es nada más un discurso con frases huecas como ‘tu voluntad te va a hacer llegar a donde quieras’, entonces tendremos atletas mejor preparados y podremos prevenir mejor los síntomas que vengan después de una carrera con sobre exigencia.
Y es que un trabajo adecuado de un psicólogo deportivo evitará ideas como que la psicología atiende a personas que están locas puede ayudar a prevenir y tratar síntomas clínicos además de contribuir con el desarrollo de habilidades cognitivas, conductuales, gestión de emociones y a comenzar a preparar al atleta de manera conjunta con los entrenadores.
Debemos reconocer que los deportes han estado plagados de problemáticas como racismo, homofobia, sexismo y perfeccionismo, lo que contribuye a generar daños en salud mental a los atletas para poder contribuir a cambios reales que cambie la visión de los atletas de súper héroes personas normales. Así mismo apoyar y proteger a las nuevas generaciones para que en todo momento sean conscientes de sus emociones y que sepan reconocer y buscar ayuda ante cualquier problema emocional.