El fundador de los Padres Dominicos, que son ahora 6,800 en 680 casas en el mundo.

Hoy ocho de agosto cursamos el día 220 y faltan 145 días para concluir el año en nuestro Calendario Gregoriano. La Iglesia Católica celebra a San Altmano, Santo Domingo de Guzmán, San Emiliano de Cízico, San Eusebio de Milán, San Famiano de Galese, San Marino de Anazarbe, San Mummolo de Burdeos, San Pablo Ke Tingzhu, San Severo de Vienne, Santa Bonifacia Rodríguez Castro.

Santo Domingo de Guzmán

Nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente y muy encumbrada. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña Juana de Aza, parientes de reyes castellanos y de León, Aragón, Navarra y Portugal, descendían de los condes-fundadores de Castilla.

Al concluir la Teología en 1194, se ordenó sacerdote y es nombrado Regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia. Al finalizar sus cuatro cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su Cabildo, en el que enseguida, por sus relevantes cualidades intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.

En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al Obispo de Osma, Diego, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Rehúsa a los obispados de Conserans, Béziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente

Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores. En septiembre del mismo año, llega a Roma acompañando del Obispo de Tolosa, Fulco, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.

Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. Allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia.

En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado en Bolonia.

Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo canonizó.

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