Y es que, refirió que todas las personas son relevó de alguien más, por lo que se debe trabajar en dejar un mejor mundo al que recibieron, pues el avance tecnológico ha sido a costa de sacrificios sociales y políticos.

Al participar en el panel “Epic Minds” de la Ciudad de las Ideas, Rigoberta Menchú Tum, premio Nobel de la Paz en 1992, indicó a los jóvenes que ser un genio no requiere renunciar al “ser profundo” y a la naturaleza humana. Durante su discurso, consideró que las nuevas generaciones están más frustradas porque quieren ir lejos, pero no saber vivir la vida en el camino y se olvidan de que las personas no pueden vivir 200 años.

Sin importar cuál sea la misión de cada persona, indicó que todos deben mantener salud física y emocional “muchas personas ya no nos cuidamos físicamente por querer avanzar, además hay que cultivar una actitud de respeto a los demás”.

Y es que, refirió que todas las personas son relevó de alguien más, por lo que se debe trabajar en dejar un mejor mundo al que recibieron, pues el avance tecnológico ha sido a costa de sacrificios sociales y políticos.

«Los procesos te permiten construir no para ti, si no para dejar una huella en la humanidad, gracias a ello nos inspiramos los que estamos, entonces la única cosa que tenemos que cuidar según yo y los ancianos mayas, es nuestro sentir, este no se puede reemplazar, yo siento lo que hago», expresó.

En ese sentido, consideró que mucha ciencia social esta perdida en el silencio, mientras que la ciencia tecnológica ha perdido de vista que está al servicio de la humanidad, de ahí que actualmente existan 14 mil plantas nucleares para fabricar nuevas armas para nuevas formas de guerra.

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