Apenas quince días después de una cirugía de seno no encontró tratamiento. Regresó a los quince días siguientes y tampoco pudo surtir la receta.
Lucía Ángela tenía 48 años y murió sesenta días después de ser operada de un cáncer en el seno. La cirugía no era la etapa final. Por indicación del médico que la trató a través del INSABI, debía someterse a por lo menos siete quimioterapias.
Como esta historia, hay otras más. Se multiplican los fallecimientos y la falta de medicinas oncológicas. Todo empezó con la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar , pero se agudizó con la pandemia.
Pilar Olguín Tejeda, presidenta de Grupo Reto Puebla, Recuperación Total A.C narró la historia de Lucía Ángela. También aseguró que hay por lo menos 80 pacientes, que son orientadas por su asociación, que tienen retrasos en tratamiento y medicinas.
“En México desafortunadamente no hay una respuesta de las autoridades (…) Esta la situación grave”, dice al señalar que el 16 de octubre – Día Internacional del Cáncer de Mama – mujeres con cáncer y familiares marcharan en Puebla para exigir que se les brinde atención médica, porque “hay que alzar la voz”.
La movilización la han llamado “Marcha por la vida y una atención digna”; saldrá a las 9 horas del Parque 2 de Octubre para llegar a la sede del Gobierno del Estado, Casa Aguayo. “Vamos a entregar un pliego petitorio para solicitar información sobre cómo las pacientes pueden exigir este derecho constitucional de gratuidad en la atención”
EL CÁNCER NO LA MATÓ
Lucía Ángela, ama de casa, a la que le sobreviven su esposo, un tendero de Palmarito Tochapan y sus dos hijos, se quedó esperando el tratamiento, la salvación. Aunque fue operada de emergencia en una clínica particular, porque el INSABI no tenía quirófanos disponibles, el cáncer le llegó al cerebro.
Apenas quince días después de la cirugía visitó el hospital, pero no encontró el tratamiento. Regresó a los quince días siguientes y tampoco pudo surtir la receta; para entonces ya había pasado un mes y el cáncer que tenía que atacar ahí seguía, en su cuerpo.
Esperó otros quince días. Se presentó en el Hospital y le dieron otro no. Sin ninguna medicina, eso sí, le agendaron una cita para dar seguimiento a su caso para enero de 2021. A la cita no llegó, falleció a principios de septiembre.
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Antes de la tragedia, Lucía y su esposo buscaron ayuda en Grupo Reto, una asociación dedicada a apoyar a mujeres que sufren cáncer de mama. Fue canalizada a un médico particular. En la consulta recibieron la peor noticia: “La paciente ya no requiere quimioterapia, solo requiere cuidados paliativos”. Tenía una metástasis en el cerebro.
El esposo de Lucía hizo lo necesario. Llevó a la mujer a consulta, pagó la cirugía en una clínica privada. El sistema de salud publico le falló, no le resolvió. De nada sirvió que le detectarán el cáncer, no le hicieron nada.
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MUJERES SIN DIAGNÓSTICO
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha advertido que es necesario que las autoridades en América no descuiden la atención de la salud, especialmente de padecimientos graves, ante la pandemia de COVID19.
De hecho se ha señalado por el organismo que se prevé un retroceso en tema de detección y atención de padecimientos graves, pero también en la prevención de enfermedades y la vacunación.
En agosto pasado, Mario Luis Fuentes, director de México Social publicó en el periódico Excélsior una investigación de esta organización referente a la caída en la detección de cáncer de mama y cérvix.
Solo en el caso de Puebla se tiene una reducción de 60% en el diagnóstico de nuevos casos de cáncer ubicándose la entidad en el quinto lugar nacional. En Tlaxcala, la reducción es del 20 por ciento.
La Secretaría de Salud (Ssa) en México tiene un registro significativamente inferior en el número de casos en el 2020, respecto de los que se atendieron en el año 2019, señala la investigación.
“En efecto, hasta la semana 31 de este año, el Boletín Epidemiológico de la mencionada dependencia tiene un dato 22.75% inferior al registrado en la misma semana del 2019, en el caso del cáncer de la mama, y para el cáncer de cérvix la disminución es aún más sensible, pues la reducción es de 41% entre ambos años”.
La misma investigación señala que en el caso del cáncer de la mama, se registra la mayor reducción en detección en el estado de Guerrero, “donde hay un descenso de -74.1% en el número de personas atendidas por este padecimiento (que son mujeres en poco más del 98% de los casos).”
“En segundo lugar se encuentra Zacatecas, con -62.7%; Hidalgo está en tercer sitio, con -60.9%; le sigue Michoacán, con -60.6% y Puebla en quinto sitio, con -60 por ciento.”
“Otras entidades con más de 50% de menos casos, son: Tabasco, con -58%; Nayarit, con -56.4%; Yucatán, con -54.3%; Baja California, con -54%; Tamaulipas, con -51 por ciento.”
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