Para Rufina Edith Villa Hernández quien es defensora de los derechos de las mujeres indígenas, de la tierra, el territorio y el medio ambiente en Cuetzalan es imprescindible que las mujeres generen redes de apoyo y tengan conocimientos ancestrales para continuar defendido el territorio que habitan.

Esta mujer nahua de 67 años, quien intentó en dos ocasiones ser presidenta municipal de Cuetzalan, es una de las fundadoras del colectivo Masehual Siuamej Mosenyolchikauanij (Mujeres indígenas que se apoyan), organización establecida bajo el régimen de Sociedades de Solidaridad Social, es una de las mujeres más respetadas y reconocidas por su activismo social

El 15 de octubre de 2001 la Fundación Cumbre Mundial de la Mujer (WWSF) le entregó el premio “La Creatividad de la Mujer en el Medio Rural” que ella misma recibió en Ginebra, Suiza debido a que también es fundadora del hotel ecoturístico Taselotzin (que se traduce como “retoño»).

Rufina Edith guarda la frescura de los bosques de su tierra y a donde se para habla con elocuencia tanto en náhuatl como en español y llama a las mujeres a continuar trabajando mediate redes de trabajo solidarias en donde puedan generar proyectos con lo que disponen en sus territorios y generar ganancias.

Recordó que cuando tenía 25 años y cuatro hijos decidió bordar blusas para vender para apoyar a su esposo que era campesino, situación que era inusual para las mujeres indígenas allá por los años setentas.

También se acordó de la resistencia que tuvo debido a que su esposo no querían que en el pueblo dijeran que no la podía mantener, situación que vencieron cuando varias mujeres se unieron porque atravesaban la misma situación: no alcanzaba el dinero con la venta de la siembra y todas sabían bordar.

Con el paso del tiempo el colectivo Masehual se fue haciendo más grande y se diversificaron desde la fabricación de artesanías textiles, hasta tejido de sombreros y canastos, como joyería fabricada en madera, entre la venta de otros productos comestibles como café, miel y salsa de chiles de la región.

Tejiendo nuestras vidas

Del 19 al 21 de julio próximos se realizará el 6to Encuentro Tejiendo Nuestras Vidas en Cuetzalan mismo que inició en 2015 y que fue suspendido de 2020 hasta este año debido a la pandemia de Covid-19 debido a que las asistentes se hospedan y conviven con las familias de artesanas del colectivo.

Rufina Edith llamó a todas las defensoras de derechos humanos, colectivas, artesanas o a cualquier mujer que quiera vivir la experiencia de hospedarse, comer y vivir como viven las indígenas de Cuetzalan para entender su cosmovisión.

Las personas interesadas pueden registrarse a través de redes sociales en la página de Facebook Tejiendo Nuestras Vidas en donde llenarán un registro y se les solicita una cuota de apoyo de mil 500 por estancia y alimentos.

En contra de los proyectos de muerte

Rufina Edith sabe que quienes viven esta experiencia comprenderán porque los indígenas que habitan esa región se han opuesto a los proyectos de muerte que traen las empresas de extracción de minerales o de agua en sus regiones.

“No queremos que lleguen las hidroeléctricas ni la minería a cielo abierto y los grandes comercios porque estos desplazan a nuestros productores y nosotros vivimos y comemos de lo que elaboramos”, dijo la mujer.

También consideró imprescindible que se declare la inconstitucionalidad de la Ley Minera, ya que es violatoria del derecho a la tierra y del territorio de los pueblos indígenas.

“Los legisladores deben cambiar esa ley que no nos favorece para nada a los pueblos y seguiremos insistiendo. No será difícil conseguirlo, pero es muy importante que lo logremos, porque de eso depende que la autonomía de los pueblos sea real, que esta lucha no sea en vano”, dijo.

Y es que Rufina Edith ha visto morir y desaparecer a compañeros y compañeros de lucha, de los que prefiere ya no contar pero sí recordar que las mujeres de Cuetzalan seguirán exigiendo respeto por sus derechos, estilo de vida y al reconocimiento de su territorio “ es nuestro y de nadie más”, concluyó.

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Por Mónica Franco

Periodismo de género, reportera y columnista. Soy sobreviviente, insurrecta e independiente. Amo la libertad y escribo historias de imperfectas como yo. Creo en las hijas del pueblo, en las que llegamos sin mediación de un hombre y que caminamos a la par de ellos.

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