Pese a salvar vidas, los poblanos les tienen miedos por el riesgo de ser contagiados.


La pandemia del COVID-19 no es el único enemigo de México, sino también la ignorancia e incredulidad que deriva en discriminar a médicos o enfermeras de Puebla, que a diario están en el campo de batalla para salvar las vidas de aquellos que presentan síntomas del virus mortal que ha costado miles de vidas en todo el mundo.

Las enfermeras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) son el primer blanco de la ignorancia que se apoderó de choferes del transporte público, principalmente de las rutas 55 y Creemadero, que se niegan a trasladarlas para el Hospital de La Margarita.

Susana Cuamani, fue testigo de una acto de discriminación. Calificó como injusto la discriminación ejercida para las enfermeras de este hospital, pues su único pecado es vestir de blanco con el objetivo de cumplir su misión: salvar vidas sin importar la condición social o el tipo de enfermedad que tenga el paciente.

“El chofer no la subió y alguien le preguntó porque no la subió, él simplemente respondió que por seguridad de nosotros como usuarios del transporte, eso no es justo, porque ellas dan un servicio y salvan la vida de las personas”.

Contó que las enfermeras y médicos de hospitales públicos enfrentan carencias en sus fuentes laborales, para que todavía libren una batalla en contra de la ignorancia que tienen los ciudadanos sobre las formas de contagio del virus.

Por su parte, el médico pediatra Sergio Assia, nunca imaginó que adicional a pelear con la enfermedad del COVID-19, también se enfrentaría junto con sus colegas y enfermeras, a una lucha que llamó ignorancia, desinformación e incredulidad.

En entrevista para URBANO NOTICIAS expone que, es curioso que hace semanas con el lema “Ni una bata menos”, los estudiantes de medicina y médicos, eran los héroes para la población tras el asesinato de 3 estudiantes de la BUAP y UPAEP en Huejotzingo, pero ahora se convirtieron en el enemigo número 1 del país, solo por atender a personas contagiadas de Coronavirus.

Las enfermeras son las primeras víctimas de discriminación, advierte el médico. Su único pecado es vestir de blanco y usar el transporte público para llegar al Hospital Ángeles, pues durante el trayecto reciben agresiones verbales y les exigen bajarse para no contagiar a los usuarios.

“Tenemos que lidiar con la enfermedad y también con la desinformación, esta crea una fuerte incertidumbre y esta lleva al miedo».

«Tengo enfermeras que toman transporte público pero como visten de blanco, las empiezan agredir para exigirles que se bajen, eso no es justo y no se vale, cuando nosotros estamos dando la cara por los enfermos”.

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