La capital holandesa se ha convertido también en la capital de los viajes ciclistas a nivel mundial.
Urbent: Ámsterdam; el paraíso ciclista
La capital holandesa se ha convertido también en la capital de los viajes ciclistas a nivel mundial, los niveles de seguridad para las personas que se trasladan en bicicleta son de los más altos a nivel mundial, por ejemplo en Estados Unidos existen 34 ciclistas lesionados por cada 10 millones de km recorridos, en el Reino Unido 6 y en Holanda apenas 1.6.
En Ámsterdam más de la mitad de las personas económicamente activas se trasladan en bicicleta a su trabajo diariamente en sus más de 500km de ciclovías a nivel de calle y sus calles pacificadas a través de diferentes técnicas de diseño para no exceder los 30km/h, de esta forma los ciclistas pueden convivir tranquilamente con los tranvías, taxis y vehículos particulares.
La cultura ciclista en Holanda ha alcanzado niveles casi telepáticos y es que lo que más aprecian y cuidan los que pedalean es el “flow” (no detenerse en ningún momento) así que con leves gestos, miradas y movimientos de cuerpo uno puede saber si debe o no cruzar entre varios ciclistas en una esquina, es hipnótico pararse en una intersección congestionada de ciclistas y ver como fluyen como parvadas de pájaros, confieso que la primera vez que renté una bici hace más de 12 años, entré en pánico en más de una ocasión, hoy en día me gusta rodar kilómetros y kilómetros para vivir esa experiencia y seguir estudiando esta increíble ciudad.
Pero esto no siempre fue así, terminada la segunda guerra mundial, el “boom” automotriz ocasionado por su accesibilidad económica empezó a cambiar la vida de las personas, barrios completos alrededor del mundo empezaron a ser derrumbados para construir calles y bulevares, esto empezó a proliferar en ciudades como Chicago y NYC, y Ámsterdam no se quedaría atrás, lo que alguna vez fue considerado como espacio público cambio a ser un espacio dedicado sólo al automóvil.
El número de viajes en bici sufrió su peor caída entre 1960-1970, pasó de 80% a un 23% mientras que el número de coches en el país se cuadriplicó, lo que provocó el colapso de sus calles estrechas, y como siempre en estas situaciones, los ingenieros de tránsito idearon un plan para hacer de Ámsterdam una ciudad amigable para el tráfico y “traer la modernidad”, construyendo más vías, ensanchando las que estaban, haciendo distribuidores viales e incluso entubando varios de sus icónicos canales para cubrirlos de concreto para circulación vehicular, cualquier parecido con nuestra realidad no es pura coincidencia.
Todo esto fue orquestado por los Das Brothers, los equivalentes a Robert Moses en Nueva York. Sorprendentemente hubo resistencia civil, un grupo anarquista llamado Provo inventó el primer sistema de bici compartida en el mundo, no tuvo mucho éxito en su momento pero sembró la idea de mantener a Ámsterdam con bajos niveles de vehículos motores, mientras tanto los muertos por siniestros viales que alcanzaron su máximo histórico en 1972 con más de 3,500, como respuesta, grupos de protesta como Stop De Kindermoord (Paren de asesinar niños) empezaron a bloquear áreas que tenían niveles altos de siniestralidad.
Y entonces un golpe de suerte cayó sobre Holanda; en 1973 la crisis mundial del petróleo provocó que los precios de gasolina escalaran a niveles casi impagables lo que obligó al gobierno holandés a prohibir el uso de vehículos una vez a la semana, cómo siempre, los hoteleros y comerciantes levantaron sus protestas, pero las ventas de bicicletas empezaron a subir, y los grupos de presión que estaban en contra del plan “cochista”, aprovecharon la oportunidad para mostrarles a los ciudadanos cómo podría ser su ciudad con prioridad ciclista y peatonal.
Las protestas rindieron su frutos en 1978 cuando el Gobierno lanzó su Plan de Circulación del Tráfico, algo que hoy llamaríamos Plan Integral de Movilidad Sustentable, este plan consistía en hacer de Ámsterdam un lugar hostil para conducir un automóvil, se cerraron calles al tráfico vehicular, se redujeron los espacios de estacionamiento, y se le dio prioridad a peatones y ciclistas, es así como nacieron las “Woonerf” o “Calles habitables” un concepto que ya había demostrado su efectividad para reducir muertes por siniestros viales a las afueras de la capital.
Estas calles habitables consisten en disminuir la velocidad de los automovilistas a un máximo de 10km/h a través del diseño de las mismas, sin banquetas y con obstáculos como árboles o jardineras los conductores se ven forzados a zigzaguear imposibilitando que puedan subir de esa velocidad, en estas zonas, los autos son invitados, las personas caminando y en bici son los que tienen la prioridad absoluta.
Para poder hacer a Ámsterdam más amigable para los peatones y ciclistas en realidad lo que se hizo es hacerla más hostil para los automovilistas. En la actualidad casi un cuarto de la población holandesa se traslada en bici cada día, y el 75% de los niños en secundaria llegan en bici a la escuela, los estudios muestran que a mayor número de ciclistas en la calle, el número de muertes baja exponencialmente.
Por ejemplo, en Ámsterdam cada persona pedalea 864km al año y existen 10.7 muertes por cada mil millones de kilómetros recorridos, en Estados Unidos apenas pedalean 47km al año y ha 44 muertes por cada mil millones de kilómetros recorridos. Siempre escuchamos la frase “Aquí no es Ámsterdam” y siempre pienso, claro que sí, somos Ámsterdam pero de los 60´s, y luego viene la frase de “pero las distancias no son iguales”, y entonces pienso en que de los 900mil viajes diarios que hay vehículo particular en Puebla casi 300mil son de menos de 5km.
Para resolver los problemas de congestionamiento y mejorar la calidad de vida, tenemos que cambiar la pregunta de ¿cómo muevo más coches en menos tiempo? A ¿cómo muevo más personas de una forma más eficiente, segura y sustentable?
Y claro el mejor viaje es el que no se hace, la densificación de las ciudades juega un papel importante en la ecuación, junto con el desarrollo orientado al transporte, gestión del estacionamiento, gestión de los vehículos de mercancías, recuperación del espacio público, más y mejor conectada infraestructura peatonal y ciclista, gestión de la velocidad, peatonalización, pacificación de tránsito en zonas residenciales y comerciales, pero como en Ámsterdam, todas estas medidas van en decremento del usuario del vehículo particular, que por cierto mueve en promedio apenas al 30% de la población del país. Veremos quien se atreve a aprovechar la coyuntura actual y toma al coche por los escapes para hacer ciudades más humanas y con una mayor calidad de vida para todos.
Recomendación de lectura: Building the Cycling City: The Dutch Blueprint for Urban Vitality de Melissa Bruntlett y Crhis Brunlett
Gran parte de texto extraído de: https://www.bloomberg.com/news/videos/2018-10-25/how-amsterdam-became-a-heaven-for-cyclists-video Documental “Why we cycle” @avelezi