Uno de los factores que casi siempre está presente cuando hay muertes por siniestros viales, es el exceso de velocidad.

Durante los últimos 16 años he dedicado mi vida profesional a tratar de mejorar la seguridad vial en México y Latinoamérica, las cifras en nuestro país son escalofriantes; 44 personas pierdan la vida diariamente y de estas la mitad ni siquiera iba a bordo de un automóvil, la gran mayoría de estas muertas son de niños y jóvenes, pensar que uno de los mayores dramas que se pueden vivir es perder a un hijo, cada una de estas muertes deja secuelas enormes en los que se quedan, en los que los lloran por siempre, sus familiares y amigos.

Uno de los factores que casi siempre está presente cuando hay muertes por siniestros viales, es el exceso de velocidad, ya sea que el afectado sea el conductor, un acompañante dentro del vehículo o gente del entorno, en otro vehículo, peatones, ciclistas o usuarios de transporte público. Analicemos las velocidades a las que una persona atropellada puede morir o sobrevivir:

1.- 30km/h: 1 de cada 10 atropellados muere, 1.5 de cada 10 sufre una lesión grave y 7.5 de cada 10 sufre una lesión superficial.

2.- 40km/h: 3 de cada 10 atropellados mueren, 2.6 de cada 10 sufren una lesión grave y 4.2 de cada 10 sufren una lesión superficial.

3.- 50km/h: 8 de cada 10 atropellados mueren, 0.3 de cada 10 sufren una lesión grave y 1.7 de cada 10 sufren una lesión superficial.

4.- 60km/h: 9.5 de cada 10 atropellados mueren, 0.3 de cada 10 sufren una lesión grave y 0.2 de cada 10 sufren una lesión superficial.

Si podemos entender estos números, podemos comprender cuáles deberían de ser las velocidades máximas permitidas en zonas urbanas con presencia de usuarios vulnerables; personas con discapacidad, peatones y ciclistas, el último umbral de velocidad a la que hay una posibilidad real de sobrevivir es la de 50km/h con un 20%, a partir de ahí, un atropellamiento es prácticamente mortal, en un país donde mueren casi 8 mil personas atropelladas cada año, lo más urgente es homologar que los límites de velocidad sean acorde no con el (mal) diseño de la vía para mover más coches en menos tiempo, si no con el tipo de usuarios que hay en la misma y la forma en que estos interactúan en el espacio público.

De esta forma, las vías primarias donde hay banqueta y por tanto peatones, deben tener un límite máximo de 50km/h y las vías secundarias, como las zonas centro, residenciales, comerciales deben ser de máximo 30km/h.

En Holanda por ejemplo, el 75% de las vías dentro de las ciudades son Zonas 30km/h, y aunque parezca que estas velocidades son muy bajas, el promedio de velocidad en hora pico en la Zona Metropolitana de Puebla es de 19.15km/h y en hora valle es de 47.05km/hr, y es que si lo pensamos bien, qué caso tiene acelerar a más de 50km/h cuando tendré que frenar en la siguiente esquina, o incluso en vías con un recorrido más largo, los tramos dentro de ciudad son tan cortos que el ahorro de tiempo entre ir a 50km/h o a 60Km/h o 70km/h son ridículos.

Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Un tramo de 300 metros de longitud sin intersecciones o interrupciones, que ya sería considerado una excepción en nuestras ciudades, la mayoría son de máximo 100m:

• A 50km/h te harías 21.6seg.

• A 60km/h te harías 18.0seg.

• A 80km/h te harías 13.51seg.

¿De verdad vale la pena arriesgar la vida por 3 segundos? O incluso ¿por 8 segundos?, es ridículo, cuando llegas a tu destino cualquiera que este fuere, te toma minutos solamente el estacionarte, el tomar tus cosas para bajarte o lo que la mayoría hace, checar tus mensajes en tu celular.

No tiene ningún sentido circular por arriba de 50km/h sabiendo que esta es la barrera entre matar a alguien o no, entre tener una ciudad más amigable para todos, y el que si estas velocidades son los límites, podemos contar con más espacios verdes y menos asfalto.

Pero el impacto no sólo se vería reflejado en las personas que son atropelladas a estas velocidades bajas, si no que al conducir a 50km/h y 30km/h en las respectivas vías, la posibilidad de sufrir un siniestro vial disminuye hasta en un 50% y además la posibilidad de sufrir lesiones por parte de los integrantes del vehículo son casi nulas, por tanto, este simple cambio salvaría a miles de personas de morir cada año. La gestión de velocidad es considerada la acción inmediata más eficiente para salvar vidas, y esta consiste en 3 aspectos principales;

1. Asignar los límites correctos de acuerdo a los usuarios vulnerables que hay en la vía, la dinámica social que tiene la zona y si es una vía primaria o secundaria. (50km/h y 30km/h).

2. Diseñar las vías primarias y secundarias, para que estas no puedan ser conducidas por arriba de estos límites, hay muchas técnicas de pacificación de tráfico que garantizan la velocidad límite, y además nos permiten rescatar espacios para bici estacionamientos, orejas en intersecciones para hacer más seguro el paso peatonal, y la posibilidad de plantar árboles para crear islas y corredores de enfriamiento.

3. Control de velocidad a través de tecnología, utilizando la recaudación o al menos gran parte de la misma, para poder invertir en infraestructura que cumpla con el punto 2. Y así poder crear un círculo virtuoso de inversión en pacificación de calles.

Pacifiquemos el tránsito en nuestras ciudades, exijamos estos límites de velocidad y luego respetémoslos, en lugar de vivir a prisa para morir o matar a alguien, vivamos tranquilos para disfrutar la ciudad sin peligros y con mayores espacios de convivencia. Les dejo la liga a un video que hice en Ámsterdam para explicar como se diseña una calle con límite de 30km/h.

https://twitter.com/avelezig/status/1151213230372663296?s=20

Twitter: @avelezig

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