Los especialistas advirtieron que a raíz del paro laboral, el comercio sexual en las redes sociales puede incrementar.
“Cómprame aunque sea el de 200 pesos”, “no me dedico a esto, es por la pandemia”. “sólo fotos y video, no encuentros”, son algunas de las leyendas que circulan en Facebook y que sirven para que mujeres de entre 18 y 20 años vendan su pack, imágenes y videos íntimos que envían a quienes pagan el precio acordado, el cual va desde 200 hasta mil 500 pesos.
Este fenómeno empezó a incrementarse en la red social durante la pandemia. A decir de sociólogos y sexólogos, la falta de empleos, el cierre de pequeños restaurantes, bares y cantinas y las limitadas ofertas de trabajo en tiendas de autoservicio —donde la mayoría de estas jóvenes laboraban— abrió las puertas para que vendieran imágenes de su cuerpo.
Dejan en claro que no es una cuestión de trata sexual o que sean organizaciones establecidas que las invitan. Están conscientes que esta iniciativa es la única manera rápida, fácil y sencilla de obtener dinero.
Los especialistas advirtieron que a raíz del paro laboral, el comercio sexual en las redes sociales puede incrementar.
“Es una situación que es de llamar la atención, todo se juntó para las jovencitas que de repente se quedaron sin trabajo, sin escuelas, donde el recurso económico empezó a escasear en casa al tiempo que empezaron a descubrir su sexualidad y ahí fue cuando se dieron cuenta que podrían ganar dinero mostrando su cuerpo, y ahora con las redes sociales es incluso menos peligroso para ellas”, explicó la sexóloga Aurora de la Garza.
“No es un delito, no hay que victimizarlas ni señalarlas porque ahora hay más libertades, conciencia y espacios para ofertar la demanda de ese producto, que durante la pandemia creció, pero es una cuestión que deben tomar en cuenta las autoridades”, añadió.
Mariana, como pidió ser identificada, oferta videollamadas por 500 pesos, apenas cumplió 20 años y dijo que de esa manera puede solventar sus gastos, sobre todo para adquirir ropa y pagar servicios en su casa, internet y Netflix, principalmente.
“Ponte a pensar, ¿dónde me van a pagar esto de mesera o en una fonda? Ni en un Oxxo ganaría eso, además no me acuesto con nadie.
“Nadie en mi casa sabe que hago eso, ni siquiera mi novio. Fue por iniciativa propia para ayudar en la casa, para pagar mis cosas y es temporal, hasta que esto se regularice. Dejo en claro que no se concretan encuentros sexuales y uno confía en quien la compra, no creo que mis imágenes se difundan por otros lados o hagan mal uso de ellas, y si es así, ni modo, no creo que sea algo malo que me muestre desnuda”, reveló la joven.
La Fiscalía General de Justicia (FGJ-CDMX), aunque ya tiene conocimiento de este nuevo “mercado” que han encontrado las jovencitas, no investiga los casos al explicar que vender los packs no es un delito cuando se hace de manera voluntaria.
La falta empieza cuando una tercera persona lucra con las imágenes o coacciona a las jóvenes para que las vendan.
“Comercializar ese producto si lo hacen de manera voluntaria no se sanciona, pero sí cuando una mujer denuncia (…) que se venden sin consentimiento.
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