<<Cuando el producto es gratis, el producto eres tú>> Dicho popular

En la actualidad, existe un panorama nada alentador, sobre el uso, pero principalmente, al mal uso que se le está dando a la información personal que vamos dejando en nuestro paso por el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ya que por medio de éstas, a través del uso masivo de la información de las personas en las distintas plataformas digitales, se ha demostrado que existe una grave afectación a la protección de los datos personales, que conlleva a una exposición casi permanente de la vida privada e intimidad de las personas, —de forma voluntaria, muchas de las veces— así como al debilitamiento del estado constitucional de derecho y de las democracias.

Lo anterior, derivado a la entrega de los datos de las personas a las compañías que se encargan de proporcionar servicios tanto de internet, como las plataformas digitales para la conexión remota para realizar actividades académicas y laborales, ya que en la mayoría de los casos, existe un total desconocimiento de las personas y de las instituciones sobre el uso seguro que garantice la protección de los datos; por otro lado, también existe una exposición y violación a la vida privada de las personas por medio de las redes sociales masivas, que a cambio de proporcionar un servicio de comunicación, extraen y recaban información, que incluso permite realizar perfilados masivos, que han producido manipulaciones en procesos electorales (elección de los Estados Unidos de Norteamérica del año 2017) y en la toma de decisiones públicas como la salida del Reino Unido como país integrante de la Unión Europea (Brexit 2016).

Anteriormente, nuestras preocupaciones como individuos e integrantes de la sociedad, eran el poder comunicarnos con las personas cercanas a nuestro entorno personal y familiar, no veíamos en esa necesidad de comunicación, riesgos a nuestra privacidad, incluso nuestro entendimiento hacia los temas relacionados a los derechos humanos en general y los derechos relacionados a la libre determinación informativa o el derecho a la protección de datos, estos conceptos, no estaban dentro de nuestro vocabulario y mucho menos dentro de nuestras prioridades, la sociedad estaba en una etapa en la que la ingenuidad y el desconocimiento abarcaban nuestras acciones humanas.

Con el paso del tiempo y con la revolución tecnológica a partir de finales del siglo XX, ha sido necesario, en primer lugar, ir haciendo cambios al derecho y a la legislación para poder enfrentar los cambios de paradigmas, —que no solo son inevitables sino necesarios— el derecho va evolucionado conforme cambian las conductas humanas y éste se va adaptando a las necesidades sociales; las naciones y las personas que no ingresen a la nueva era tecnológica, serán marginados, anulados y vistos como analfabetas tecnológicos, tanto por los países desarrollados tecnológicamente, como por las personas que logren modificar su forma de ver, de entender, de comprender y de emprender las nuevas formas de relaciones sociales basadas en la tecnología.

Los avances tecnológicos entre ellos el internet: ha supuesto la mayor revolución de la humanidad en los últimos siglos, las TIC nos han aportado beneficios, pero también perjuicios a nuestras vidas, dentro de la vorágine social, lo que antes era una preocupación y una necesidad —simple y sencilla— (la necesidad de comunicación) hoy se ha vuelto un problema que ha generado afectaciones en las relaciones humanas; las nuevas tecnologías en lugar de vincularnos más con nuestros seres cercanos nos han alejado, en el caso de las naciones, la tecnología ha generado cambios sociales y políticos que tienen una explicación desde el uso masivo de datos para lograr y generar cambios en las estructuras de poder, manipulando a las personas por medio del uso de masivo de bases de datos que son aportados de manera voluntaria por los propios interesados o titulares de esos datos, se trata de una paradoja, sin embargo, lo anterior es una realidad que tenemos frente a nosotros y en ocasiones ni cuenta nos damos, pareciera que nos dirigimos hacia el abismo de forma voluntaria, con los ojos cerrados y dispuestos a caer al fondo.

Desde otra perspectiva, los avances tecnológicos han sido útiles para la sociedad, pero aparejado a su utilidad han generado algunas consecuencias no del todo favorables para las personas, por un lado han representado una esclavilización voluntaria tanto a dispositivos como a los contenidos, de acuerdo a estudios realizados se ha identificado que un usuario medio de internet pasa 6 horas con 43 minutos conectado al día, lo que implica afectaciones a sus relaciones humanas e incluso a su salud, hoy existen más personas con problemas de la vista, articulares y con problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión.

Por otro lado, la responsabilidad de dedicar determinado tiempo a los contenidos y al uso del internet es de cada uno de nosotros, si bien somos los responsables de tomar la decisión personal de lo que hacemos con nuestro tiempo y nuestras vidas, actualmente, existe una razón por la que hoy nuestros hábitos para navegar y explorar en la internet ha cambiado, podemos encontrar cualquier información, además los contenidos que encontramos abarcan prácticamente todos los campos de las ciencias y de los intereses de las personas, podemos encontrar información inimaginable con tan solo apretar un botón estando en cualquier lugar, por otro lado, la tecnología sin duda aceleró su evolución a raíz de los problemas derivados por la pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus SARS- COV2 (COVID-19), ya que tanto las escuelas como los gobiernos y las actividades en general, se trasladaron de la presencialidad a la virtualidad, es decir a los medios digitales, lo que nos ha causado convertirnos en presos de la tecnología y de las redes sociales digitales.