Luchas despiadadas donde la ambición y la cólera ejecutan implacables su viaje a la locura, frente al sueño inquebrantable de una mujer.


 El reto era muy grande y el peligro enorme, pues enfrentarse a la continuación de una formidable novela como Yo, Julia, Premio Planeta 2018, necesitaba de una firmeza y de una creatividad fuera de lo común. Ambas son herramientas que su autor, Santiago Posteguillo, posee indiscutiblemente.

Contaba, eso sí, con una protagonista de excepción que, a cada movimiento de la narración, asombra y deslumbra por la arquitectura tan extraordinaria que tiene el personaje.

Julia es un hallazgo continuo del que nos felicitamos desde su primera intervención en nuestras vidas de lectores. Hay en ella una mezcla de dureza y ternura, donde su firmeza enamora y su pesar acongoja, que hace temblar de emoción.

Los personajes conocidos de Yo, Julia adquieren en esta novela un peso tan maduro y a la vez ingrávido que, sabiendo de ellos, parecen salir a escena por primera vez.

Los nuevos transitan con equilibrio medido, en una trama intensa que sacude las páginas con tremenda fuerza.

Santiago Posteguillo es un maestro en contextualizar cada gesto literario en la historia con un resultado perfecto. La unión de saberes logra una novela que evoluciona libre a espacios de interés creciente, hasta llevarnos al inframundo y sacarnos de él para ascender al Olimpo.

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