La Franja de Gaza lleva nueve días siendo un campo de guerra. El Ministerio de Salud de Palestina ha dicho que más de 2.600 personas han muerto desde el 7 de octubre debido a los constantes ataques por parte de las fuerzas israelíes.
Algunos palestinos prefirieron quedarse afrontando el peligro, otros decidieron huir no solo de las bombas, también de los cortes de energía y de agua, de la escasez de medicamentos y alimentos, de esa ciudad que habitaban, pero que hoy no se reconoce destruida, con apenas pocos edificios en pie, sobrevivientes de los constantes bombardeos de las Fuerzas israelíes.
Estos palestinos, que ya no pueden habitar sus hogares y que se sienten desprotegidos, son los desplazados, quienes optaron por dejar sus casas y que ya suman 1,1 millones de personas, según los cálculos de la ONU. Y es muy probable que la cifra de desplazados por esta guerra aumente porque la gente sigue abandonando sus hogares, aclaró Juliette Puma, directora de comunicaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos.
El actual aumento de violencia sigue cobrándose un precio horrible en las vidas de los niños, niñas y sus familias. Nada justifica el asesinato, la mutilación o el secuestro de niños. Cualquier retraso en poner fin al conflicto tendrá inevitablemente consecuencias más devastadoras para los niños y niñas, aseguró James Elder, portavoz de Unicef en Ginebra.
Israel tiene un plan de intervención terrestre, que empeora la situación, por lo que el pasado 13 de octubre instó a los habitantes del norte de la Franja a evacuar la zona hacia el sur. Israel quiere destrozar la infraestructura de Hamás.
La medida ha causado tanto repudio como preocupación para la comunidad internacional, debido a la dificultad para evacuar en tan poco tiempo a una gran cantidad de personas, incluyendo niños, ancianos y heridos.
La población del enclave, estimada en 2,3 millones de habitantes, agota la esperanza de sobrevivir en uno de los lugares más densamente poblados de la Tierra. La Franja de Gaza limita mayoritariamente con Israel, está rodeado en gran parte por el Mar Mediterráneo y una pequeña parte la comparte con Egipto.
La esperanza está en el cruce de Rafah, de tan solo 10 kilómetros y el cual podría ser la única ruta de escape para los palestinos, pero la infraestructura está destruída y la frontera está cerrada.
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“Solo nos espera la guerra en Franja de Gaza”
Uno de los que decidió quedarse fue Mohammed Imad, un palestino de 26 años que se encuentra afectado por el asedio total y encerrado junto con su familia, en medio de los constantes bombardeos. France 24 habló con él.
Mohammed, que antes trabajaba como farmacéutico en Cisjordania, dijo que la situación en la Franja de Gaza es peor de lo que se reporta en la prensa.
Narró que solo tienen energía eléctrica durante unos minutos al día y que la utilizan, principalmente, para cargar sus celulares y tratar de mantenerse comunicados.
También habló de la dificultad para conseguir alimentos. Han tenido que comer pasta o pan durante días, y tienen que hacerlo rendir para que todos los miembros de la familia puedan tener al menos una comida al día.
Mohammed relata que ha estado en las guerras de Gaza de 2008, 2012, 2014 y 2021, pero asegura que la severidad de esta no se parece a ninguna de las anteriores.
“El tamaño de la destrucción aquí es enorme”, añadió.
El palestino se refugia en casa de sus abuelos, luego de que su hogar fuera destruido.
Concluyó contando que, cuando escuchan una explosión, se reúnen todos en un mismo cuarto por si llegan a ser alcanzados por un misil mueran juntos y no quede ningún miembro «desprotegido».
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Foto: Especial
Vía: France 24